En el lenguaje común, se llama “bueno”al que no es malo. Al que no roba, no mata, no miente,
paga los impuestos, acata las normas de circulación, es educado, sonríe, trabaja con seriedad, es puntual, cede el asiento a los ancianos y embarazadas, tira la basura en las papeleras, respeta a los demás, sostiene argumentos éticos y morales, mima a los animales, da limosna a personas necesitadas,
es higiénico…
Según esos parámetros de bondad, EL MUNDO ESTÁ LLENO DE PERSONAS BUENAS que, además, tienen aspecto agradable. Sí, es cierto, muchos buenos son también guapos y exitosos y, por si eso no fuera suficiente, algunos además son creyentes y practicantes de la fe: van a misa, rezan, se casan por la Iglesia, bendicen la mesa y aplauden al Papa.
¡Una pasada!.
Con ese perfil, muchos de nosotros -yo hasta hace poco- podemos considerarnos “buenos”. ¡Qué bien, pertenecer al inmenso club de los “buenos”, claramente mejores que los “malos”!
Y la pregunta surge de nuevo:
¿PARA QUE INCOMODAR A UN BUENO HABLÁNDOLE DE DIOS? ¿Lo necesita?
Todo hace sospechar que no lo necesita para nada, tanto si lo conoce como si lo ignora. Se puede ser “bueno” sin Dios. Los malos, por su parte, son fácilmente identificables: porque mienten, roban, violan, matan, discuten, gritan, oprimen, propagan ideas inmorales, son maleducados, sucios, traicioneros, egoístas, vanidosos…. ¡y se les nota! Porque los malos suelen ser también feos. Su peinado, su mirada,
su modo de caminar, sus gestos, sus carcajadas… todo es feo.Uf… ¡qué suerte no ser “malo”,qué suerte ser de los “buenos” (y guapos)! “Ellos son malos, yo soy bueno”…Así piensa una “buena persona” que se compare con los malos, para tranquilizar su conciencia y caminar satisfecho por la vida,
encontrando motivos para dar lecciones a los demás, a esos que sí necesitan a Dios. No a cualquier otro argumento sólidoque les zarandee, para reorientar su vida y dejar de amargar la existencia al resto.
ASÍ PUEDES IR POR LA VIDA, DE BUENO, HASTA QUE UN DÍA CONOCES A ALGUIEN QUE ES SANTO... Y TODO CAMBIA.
Alguien cuya referencia y aspiración de bondad ESTÁ EN LA BONDAD INFINITA DE DIOS,que excede completamente del nivel chato y superficial que separa el club de los buenos del club de los malos, alguien que deja a la altura del ridículo una nota de aprobado en bondad, porque aspira a matrícula de honor. ALGUIEN QUE SE PROPONE AMAR SIN CONDICIONES, A TODOS, SIEMPRE. Como nos ama Dios, único de quien podemos decir con propiedad que es BUENO, LA BONDAD, EL BIEN.
Por eso Dios ama a todos Y SE PONE AL SERVICIO DE TODOS, sin distinguir entre buenos y malos.
Porque Él sí es bueno. Te pones junto a un santo… luego miras tu propia vida…y entonces descubres
que tú no eres “bueno”, sino solamente “decente” y, con cierta frecuencia, “malo”, realmente “malo”, horrible.
Alguien que guarda las formas, que saca sobresaliente en el examen teórico y en el escaparate público,
pero aprueba por los pelos el práctico y el examen en la intimidad. Descubres que ERES BUENO CON LÍMITES, con condiciones,
HASTA QUE LA COSA SE PONE FEA. Si te llevan a ese límite…SE ACABÓ TU BONDAD,
ya lo has experimentado. Conoces tu maldad, no es un concepto imaginado sino vivido.
En el roce con un santo encuentras que tu apariencia de “bondad” puede engañar a los demás, pero no a ti mismo ni a Dios. Sientes vergüenza por haberte considerado bueno. Y SIENTES ENVIDIA y deseo de ser como esa otra persona, santa, que contagia bondad como un perfume se expande por el aire, como una caricia en la piel. Al principio su bondad te parece inalcanzable, COMO SI NO FUERA CONTIGO,
como si dependiera de la genética.
“TUVO SUERTE..Y SALIÓ SANTO.” Aplaudes a los santos, pero no haces nada por serlo, porque ya es suficiente con lo que haces y PORQUE PIENSAS QUE TÚ NO PUEDES SER SANTO, que ya es tarde para que lo seas. Demasiada basura en tu curriculum vitae. Además, aspirar a la santidad te complica la vida, porque SE ESTÁ MUY A GUSTO NADANDO ENTRE DOS AGUAS.
Admiras a los santos, les aplaudes… pero sigues conformándote con ese nivel de autoexigencia
que te sitúa en el clubde los “buenos y decentes” que nunca pasarán de ahí.
El club de los que no son fríos ni calientes, el club de los tibios, que provocan el vómito de Dios, “amigo de publicanos y pecadores”, de cuya boca salieron palabras durísimas contra los que se consideraban
“buenos” y daban lecciones a los demás.
JUAN MANUEL COTELO
Me ha parecido tan precioso este articulo que merecia ponerlo aqui, para cualquiera que quiera venir a visitarme, intentare postear mas, todo depende de lo que El me inspire....
Profundo y sin desperdicio el texto . Todo camino comienza con un primer paso, también el camino de la santidad. Gracias por compartir!
ResponderEliminarEl Evangelio de este lunes pasado se decía: "¿por qué me preguntas sobre lo bueno? Uno solo es Bueno".
ResponderEliminarPues sí, sólo Dios es Bueno, lo dice Jesús. Y sólo El es santo, así lo decimos en el Gloria de la Misa: "porque sólo Tú eres santo, sólo Tú Señor".
Así que lo que nos queda, será lo que se decía a continuación en el evangelio del lunes. "Si quieres llegar hasta el final..vende...da...vente conmigo".
Pero en ocasiones nos pasa comoa ese joven: "se fue triste porque era rico".
Un saludo en Cristo
Gracias, muy buen compartir, pero en realidad el unico bueno es Dios, si todoo vivieramos desdes lo profundo, nuestra vida hablaria distinto,no sólo hablaria de lo bueno sino del rostro de Jesús que todos llevamos dentro, gracias por su visita es un placer estar aquí.
ResponderEliminarLah: Has dado en el centro de la diana.
ResponderEliminarTengo que rezarlo.
Gracias!.
Un beso.
Balbi.
Que bueno Lah.......si vieras la de personas "decentes" y "buenas" que tengo alrededor........y cuando me vi la mia...uffffffff
ResponderEliminaraqui me tienes respirando Dones a mi alrededor.....es facil con el Señor ver La Nada que poseo frente al Todo que me llega.....
Ya sabes que la santidad quiero que sea el adorno de mi casa....y esta me invita a no guardar mis debilidades y me muestre como soy tantas veces....pero resulta que la humildad es simpatica y estoy haciendo buena amistad con ella ...otra gracia mas del veraneo.
Muy bueno. Para pensarlo con sosiego y calma.
ResponderEliminarMe ha recordado a una amiga, que siempre decía que ella no quería ser buena, eso le daba igual. Ella quería estar al lado de Dios
Santa Madre de Dios que dada en el clavo, no podía seguir leyendo ya me estaba doliendo, saetas con el ardiente ungüento que hace reconocer que efectivamente uno no es el bueno que se cree. Gracias por el "repost"
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