Me manda un primo nuestro sacerdote este correo que quiero compartir con vosotros y que seguro os hará reflexionar tanto como a mi.
¡Que Dios os bendiga!
"Preparar el belén es una forma muy buena de prepararse para la Navidad, de colocarnos en el acontecimiento que vamos a celebrar muy pronto.
A S. Juan Bautista le preguntaron en el Evangelio del 3er. domingo de Adviento: “¿Tú quién eres?” (Jn 1, 21)
Podríamos preguntarnos lo mismo al colocar las figuras alrededor del pesebre y pensar sobre cómo nos acercamos espiritualmente al Nacimiento del Señor.
¿Con qué figuras del belén nos relacionamos?
En Is 1,3 se dice: “Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne“.
Ante el Eterno, somos bueyes y asnos-,bueyes y asnos a los que en la Nochebuena se les abren los ojos, para que en el pesebre reconozcan a su Señor.
Pero,¿lo reconocemos realmente?
Quién es hoy el buey y el asno, quién es “mi pueblo", que no discierne?
En el portal, donde está el niño Jesús, no se encuentran a gusto las gentes refinadas, como Herodes o los Levitas sino Maria, Jose, los pastores...y el buey y el asno.
Ahora bien,¿qué hay de nosotros?
¿Estamos tan alejados del portal porque somos demasiado refinados y demasiado listos,...hasta el punto de que estamos ciegos para ver el Niño como tal, y no nos enteramos de nada sobre él?
¿No estamos también demasiado en Jerusalén, en el palacio como Herodes, encastillados en nosotros mismos, en nuestra arbitrariedad, en nuestro miedo a la persecución, como para poder oír por la noche la voz del ángel, e ir adorar?
De esta manera el rostro del buey y el asno nos miran esta noche y nos hacen una pregunta: Mi pueblo no entiende,...¿Y TÚ...? ¿COMPRENDES TÚ LA VOZ DEL SEÑOR?
Cuando ponemos las familiares figuras en el nacimiento, debiéramos pedir a Dios que dé a nuestro corazón la sencillez que le dio a san Francisco de Asis, cuando en su representación de Greccio, veía en el Niño, al Señor.
Entonces podría sucedernos también lo que Celano [biógrafo de S. Francisco]- de forma muy semejante a san Lucas cuando habla sobre los pastores de la primera Nochebuena (Lc 2,20)- cuenta de quienes participaron en los maitines de Greccio: TODOS VOLVIERON A CASA LLENOS DE ALEGRÍA."
¡Que Dios os bendiga!
"Preparar el belén es una forma muy buena de prepararse para la Navidad, de colocarnos en el acontecimiento que vamos a celebrar muy pronto.
A S. Juan Bautista le preguntaron en el Evangelio del 3er. domingo de Adviento: “¿Tú quién eres?” (Jn 1, 21)
Podríamos preguntarnos lo mismo al colocar las figuras alrededor del pesebre y pensar sobre cómo nos acercamos espiritualmente al Nacimiento del Señor.
¿Con qué figuras del belén nos relacionamos?
En Is 1,3 se dice: “Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne“.
Ante el Eterno, somos bueyes y asnos-,bueyes y asnos a los que en la Nochebuena se les abren los ojos, para que en el pesebre reconozcan a su Señor.
Pero,¿lo reconocemos realmente?
Quién es hoy el buey y el asno, quién es “mi pueblo", que no discierne?
En el portal, donde está el niño Jesús, no se encuentran a gusto las gentes refinadas, como Herodes o los Levitas sino Maria, Jose, los pastores...y el buey y el asno.
Ahora bien,¿qué hay de nosotros?
¿Estamos tan alejados del portal porque somos demasiado refinados y demasiado listos,...hasta el punto de que estamos ciegos para ver el Niño como tal, y no nos enteramos de nada sobre él?
¿No estamos también demasiado en Jerusalén, en el palacio como Herodes, encastillados en nosotros mismos, en nuestra arbitrariedad, en nuestro miedo a la persecución, como para poder oír por la noche la voz del ángel, e ir adorar?
De esta manera el rostro del buey y el asno nos miran esta noche y nos hacen una pregunta: Mi pueblo no entiende,...¿Y TÚ...? ¿COMPRENDES TÚ LA VOZ DEL SEÑOR?
Cuando ponemos las familiares figuras en el nacimiento, debiéramos pedir a Dios que dé a nuestro corazón la sencillez que le dio a san Francisco de Asis, cuando en su representación de Greccio, veía en el Niño, al Señor.
Entonces podría sucedernos también lo que Celano [biógrafo de S. Francisco]- de forma muy semejante a san Lucas cuando habla sobre los pastores de la primera Nochebuena (Lc 2,20)- cuenta de quienes participaron en los maitines de Greccio: TODOS VOLVIERON A CASA LLENOS DE ALEGRÍA."
-JOSEPH RATZINGER-
El texto maravilloso. Me ha encantado.
ResponderEliminarPero yo no quiero ser figura alguna.
¿Sabes lo que me gustaría ser? Una pajita, donde el Niño hubiese reposado; la más insignificante de todas pero que rozara, un poquito siquiera, con el cuerpo del Niño Dios. ¿Te imaginas tener una "Simple Pajita" dónde Él haya dormido, haya derramado lágrimas...? Bueno, me lo imagino y quiero una. La más, más, pequeñita.
Estoy segura que el Señor me regalará algo esta Navidad. Lo espero.
Un besazo y gracias por el texto.
Pues... ¡viva tu primo! jajaja, qué cosa más chula! La verdad es que yo como pueblo de Israel... entiendo poco, la verdad, no me entero de quién es quién, una pena.
ResponderEliminarLa Paz
Me conmueve este texto lah, y veo el deseo tan tierno y humilde de Capuchino....yo no se...quien seria yo?...pues es la misma Vida la que nos Nace..y no soy otra cosa que debilidad y como tal incapaz de estar de pié delante de la Vida sin que este Niño me Mire...sin El me muero por dentro y no sé a donde ir....quisiera ser parte de la Madre que lo contempla, y me doy cuenta que como Hija de la Iglesia asi me debo de considerar, Ella es mi Madre y soy una parte del Cuerpo Mistico de este Niño...incapaz de Nada sin que El me Mire.....
ResponderEliminarYo soy cualquier pastor de los que se dirigen a adorarle llevandole lo mejor de mi.
ResponderEliminarOjalá por un momento fuera realidad esta fantasía.
Un abrazo
Yo desde luego quiero ser una pastora y que el ángel me salude con aquello de : "Paz a los hombres de buena voluntad"... e ir corriendo a adorar al Niño Jesús.
ResponderEliminarSan Igancio nos invita a hacer la composición de lugar en la vida de Jesús. Que entremos con la imaginación en la escena , y vayamos contemplado a todos los personajes. Mi sitio en el Belén , el de cualquier niño que se pone al lado de la Virgen y mira al que ha nacido.
ResponderEliminarTenían que ser de Benedicto XVI estas palabras tan cercanas y delicadas que nos hacen cuestionar nuestra actitud en Navidad.
ResponderEliminarYo quisiera ser una ovejita que se acerca lo más posible. Eso quisiera, a ver si lo consigo.
Pues ya casi tenemos el Belen formado! yo creo que es real, que el Belén existe en el mundo que hay unos que se quieren acercar y se acercan al portal, y otros que como bien dice nuestro Papa se quedan en Palacios Herodianos si una pizca de estremecimiento ante tal acontecimiento, habrá que rezar mucho mucho por ellos porque todavia no está todo perdido.
ResponderEliminarun abrazo a todos y gracias de nuevo por visitarme!
Que nos acerquemos todos con la humildad y pobreza de aquellos pastores.
ResponderEliminarUn abrazo