Emocionada escribo esta entrada porque me ha llegado profundamente al corazón, cuantos más conozcamos esta historia, más oraciones habrá para ella, una santita de meses.
Os dejo el enlace del blog: "Perder el miedo a equivocarse"
Y a rezar toca!
un abrazo.
Gracias. Es una historia conmovedora que muestra la verdadera dimensión de lo humano. Esa que no aparece en las portadas de Vogue o Instile.
ResponderEliminarImpresionante, como dices:... ¡A REZAR!.
ResponderEliminarABRAZOS.
Una historia conmovedora y preciosa Lah. Un beso ¡¡
ResponderEliminarGracias Lah por se siempre tan generosa!
ResponderEliminarFraternalmente,
Gracias Lad. Estoy emocionada.
ResponderEliminarGracias. Un fortísimo abrazo
Rezar. Cuantas formas hay de hacerlo y que frutos más sabrosos nos dan.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Qué testimonio al mundo están dando esas enfermeras. Me alegro de pasar a conocerlo gracias a tu enlace.
ResponderEliminarUna historia preciosa... a mí el tema de los niños enfermos me conmueve especialmente.
ResponderEliminarGracias.
Imposible no emocionarse y estremecerse ante esta historia. Me ha cautivado la fotografía que acompaña al post. ¡Qué mirada hacia el Santo Padre ! ¡Benedetta , no podía llevar un mombre mejor! Gracias por invitarnos a entrar en este testimonio. Un beso
ResponderEliminarGracias por seguir mi blog a ti también. Un abrazo.
ResponderEliminarImpresionante. Conozco varios casos así.
ResponderEliminarDios siempre providente cuidando de sus hijitos.
Cuanto agradecimiento al Señor de la vida.
Gracias.
Gracias por el enlace
ResponderEliminarMe uno al comentario de Maria del Rayo.. que precioso es ver como Dios cuida de sus hijos
Gracias por dar a conocer esta historia, me he ido emocionando a medida que iba leyendo. Grac ias a dios por estas enfermeras que cuidan de esa pequeña ñiña.
ResponderEliminarMuchas gracias Lahddec.
Un abrazo